domingo, 18 de diciembre de 2011

Ni siquiera Romeo y Julieta murieron de amor. Él murió envenenado, y ella, de un machetazo. Y de mí, ya ni hablamos.
Es la profunda y absoluta ignorancia de todo, la manera preferida para hacerse visible, del amor. El olvido de lo que creíamos saber. La inauguración de un mundo frágil que desearíamos eterno...Eso es lo que a la gente le acobarda y le hace huir: el desvalimiento, la dependencia, la sorpresa infinita, el asombro infinito que provoca el amor...Y es eso justamente lo más hermoso de él: la huella que deja cuando nos abandona...Por eso a mí el amor me resulta difícil. Y yo a él, imposible...Mi corazón se ha derrumbado: sólo quedan escombros...Sé que tenéis razón...

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Lágrimas que silencian lo que tus ojos quieren gritar.