Primera parte.
Hace frio y la niebla cubre las calles de la ciudad silenciosa.
Hace frio y la niebla cubre las calles de la ciudad silenciosa.
Ella camina rápido sin mirar atrás, es tarde y no hay nadie en la calle, experimenta esa mezcla de miedo y emoción ante lo desconocido, no sabe lo que pasará después de esto.
Al llegar al extremo del puente ve una sombra mirando al río, puede ser él...
No sabe qué hacer. Le duelen los zapatos y la noche refresca, tenía ganas de llegar a casa, pero la sombra la intimida, y le hace retroceder.
Poco a poco se acerca a la silueta, sin duda es un hombre.
Es alto, no muy corpulento y parece mirar el río, sumido en profundos pensamientos
-Hola,¿ eres tú?
- Hola...supongo que sí... estoy en el lugar y el momento adecuados.
Una sonrisa acude a su rostro suavizándolo, pero la sonrisa expresa más tristeza que felicidad.
-Entonces... tienes algo para mi... ¿no?
-Claro, esto es para ti.
Y le entrega una pequeña caja envuelta en papel marrón atado con un cordel. Ella coge el paquete y lo guarda en el bolsillo de su abrigo, se acerca un poco más y sin saber cómo ni por qué le besa suavemente en los labios. Después corre hacia el otro extremo del puente y desaparece entre la niebla...
Él se queda de piedra plantado en medio del puente viendo como ella se aleja rápidamente, una lágrima corre por su mejilla...
El hombre desconocido vuelve a sumirse en sus pensamientos, tras unos minutos quieto y en silencio, salta a la oscuridad del río y se pierde en las profundidades de las revueltas aguas.
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