—En cuanto a mí, tengo días buenos y días malos.
Cuando vienen los días malos, pienso en los que fueron buenos. La memoria es
una gran bendición. Lo mejor después de la muerte.
—Sin ninguna duda...
—Los años pesan mucho, en verdad. Pero tenemos
tanto que agradecer. El paso del tiempo nos envejece, pero también nos da el
día y la noche. Y cuando morimos, siempre hay alguien que ocupa nuestro lugar.
Ojalá vivas todos los días de tu vida.
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