martes, 26 de junio de 2012


Me gusta cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gusta cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha fría en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
“Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno”.

viernes, 15 de junio de 2012


"- La gent no té les mateixes estrelles. Per als que viatgen, les estrelles són guies. Per altres, no són res més que llumetes. Per als savis, són problemes. Per al meu home de negocis, eren or. Però totes aquestes estrelles no parlen. Tu tindràs estrelles com no les ha tingut mai ningú. 
-Què vols dir?
-Quan miris al cel, a la nit, com que jo viuré en una estrella, com que jo hi riuré, serà com si totes les estrelles riguessin per a tu. Tu tindràs estrelles que saben riure!"

viernes, 8 de junio de 2012


En cuanto a mí, tengo días buenos y días malos. Cuando vienen los días malos, pienso en los que fueron buenos. La memoria es una gran bendición. Lo mejor después de la muerte.
Sin ninguna duda...
Los años pesan mucho, en verdad. Pero tenemos tanto que agradecer. El paso del tiempo nos envejece, pero también nos da el día y la noche. Y cuando morimos, siempre hay alguien que ocupa nuestro lugar.

Ojalá vivas todos los días de tu vida.


sábado, 2 de junio de 2012


Nunca debí volver. Uno vuelve porque espera encontrar algo, algo que cree que dejó olvidado y luego descubre que lo ha dejado en otra parte o que nunca supo dónde estaba. Uno no debe volver a los sitios donde fue feliz y mucho menos a los lugares donde ha sufrido tanto.
Ahora sé que las avispas han sido necesarias.
Nunca debí volver. No me ha esperado el mar.
Ni las cuatro casas que quedan en pie con los tejados de pizarra invadidos por el musgo y las raíces de los robles enganchadas en los zaguanes. 
Mi abuela no me ha esperado ni siquiera en el cementerio. Hace tiempo que sus huesos fueron desenterrados y arrojados a la fosa común.
Entonces yo era demasiado pequeña para evitarlo. Todos a los que quise han muerto hace tiempo. A este lugar no ha llegado el turismo rural ni nadie que repare los baches
de la carretera. El viento sopla hasta el viejo faro que ya no alumbra. Las gallinas son las únicas que todavía 
deambulan por el pueblo, pero hasta ellas parecen perdidas.

Lágrimas que silencian lo que tus ojos quieren gritar.