Y cuando consigo sentirme fuerte e invulnerable, escucho un sonido en la sala. Un suspiro profundo que rompe aquél silencio que se había formado tras el último beso. Yo sabía que los cimientos de mi vida eran fuertes, pero este ataque había logrado hacerlos temblar. Desde ese momento no pude asegurar la firmeza que sentía tener. Esa vibración ya la conocía. Me había agitado muchas veces antes.
Esta vez incluso penetraba en lugares que ni sabía que existían. Esta vez fue la definitiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario