En este planeta nos falta piel. Nos falta el
contacto. Nos falta mirarnos a los ojos, escucharnos, sentirnos y olvidarnos de
la vida, que es la que nos empuja a un ritmo frenético a este asqueroso día a
día. Creo que deberíamos, al menos una vez al día, querernos. Pero querernos de
verdad. No hablo de sexo, no me malinterpreten. Hablo de la vida, de la
amistad, de ti y de mí. de tener un momento de paz, de placer, de ser feliz
durante un instante y olvidarnos de lo que día a día nos hace olvidar que estamos
en el mundo existiendo. Olvidarnos del trabajo, del dinero, de la crisis, del
odio, los rencores, el deseo inalcanzado; de lo que nos duele, por mínimo que
sea. al menos, una vez al día.
—No es nada personal. Sólo que me han trasplantado el corazón de un tipo que murió enamorado de ti... —Le dijo, disculpándose.
sábado, 28 de abril de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza
por eso de que sus caderas...
Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.
Pero además la he visto seria ser ella misma
y, en serio que eso no se puede escribir en un poema.
Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas y cómo se revuelve sobre las baldosas...y qué fácil parece a veces enamorarse.
Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas.
No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece,
luego te abrace, y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.
Así que supondrás que yo soy el primero que entiende
el que pierdas la cabeza por sus piernas
y el sentido por sus palabras,
y los huevos por un mínimo roce de mejilla.
Que las suspicacias,
los disimulos cuando su culo pasa,
las incomodidades de orgullo que pueda provocarte
son algo con lo que ya cuento.
Quiero decir que a mi de versos no me tienes que decir nada,
que hace tiempo que escribo los míos.
Que yo también la veo.
Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.
Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.
Que conozco su voz en formato susurro
y formato gemido
y en formato secreto.
Que me sé sus cicatrices
y el sitio que le tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría,
y me sé lo de sus rodillas y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra.
Que yo también he memorizado su número de teléfono pero también el número de sus escalones y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías.
Que no solo conozco su última pesadilla,
también las mil anteriores,y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).
Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella,
rendida a ese puto milagro que supone que exista.
Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos,y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino,y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de "mira sí, un polvo es un polvo",y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
Que te entiendo.
Que yo escribo sobre lo mismo,sobre la misma.
Que razones tenemos todos, pero yo muchas más que vosotros.
por eso de que sus caderas...
Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.
Pero además la he visto seria ser ella misma
y, en serio que eso no se puede escribir en un poema.
Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas y cómo se revuelve sobre las baldosas...y qué fácil parece a veces enamorarse.
Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas.
No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece,
luego te abrace, y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.
Así que supondrás que yo soy el primero que entiende
el que pierdas la cabeza por sus piernas
y el sentido por sus palabras,
y los huevos por un mínimo roce de mejilla.
Que las suspicacias,
los disimulos cuando su culo pasa,
las incomodidades de orgullo que pueda provocarte
son algo con lo que ya cuento.
Quiero decir que a mi de versos no me tienes que decir nada,
que hace tiempo que escribo los míos.
Que yo también la veo.
Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.
Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.
Que conozco su voz en formato susurro
y formato gemido
y en formato secreto.
Que me sé sus cicatrices
y el sitio que le tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría,
y me sé lo de sus rodillas y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra.
Que yo también he memorizado su número de teléfono pero también el número de sus escalones y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías.
Que no solo conozco su última pesadilla,
también las mil anteriores,y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).
Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella,
rendida a ese puto milagro que supone que exista.
Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos,y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino,y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de "mira sí, un polvo es un polvo",y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
Que te entiendo.
Que yo escribo sobre lo mismo,sobre la misma.
Que razones tenemos todos, pero yo muchas más que vosotros.
miércoles, 18 de abril de 2012
Tiene miedo de volver la cabeza y mirarla de nuevo, por si acaba convertido en una estatua de sal. No le importaría, el precio para poder verla un instante es barato. La mira y descubre sus lágrimas ahogadas, contenidas, y eso es superior a todo lo demás. Da un paso, se detiene ante él, sube la mano hasta acariciarle la mejilla, y cuando ella cierra los ojos, temblando le da un beso en los labios. Se entre abren como la puerta del paraíso. Él pasa al otro lado de la ventana e inicia el descenso sabiendo que allá arriba ha dejado algo más que el corazón.
sábado, 14 de abril de 2012
Y dicen que al mal tiempo buena cara porque después de la tormenta siempre llega la calma. Pero que al fin y al cabo las cosas nunca cambian. Que todo lo que sube baja, pero que agua que pasa no mueve molinos. También dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero que segundas partes nunca fueron buenas. Que quien tiene boca se equivoca y que rectificar es de sabios. Que querer es poder y hace más quien quiere que quien puede, pero que quien todo lo quiere todo lo pierde, además que de donde no hay, no se puede sacar. Que más vale pájaro en mano que cientos volando, y malo conocido que bueno por conocer, que pájaro que vuela va a la cazuela. Que quien no arriesga no gana, que quien la sigue la consigue, y ya que estamos, dicho sea de paso que por la noche todos los gatos son pardos. Que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero que a quien madruga Dios le ayuda. Que si te pica te rascas, que todo lo que escuece, cura, y que muerto el perro, se acaba la rabia. Que no hay mas ciego que el que no quiere ver, que a palabras necias oídos sordos pero que a buen entendedor pocas palabras bastan. Que la mejor defensa es un buen ataque, pero que el culpable es el primero en tirar la piedra; que ya es conocido por todos eso de que se tira la piedra y se esconde la mano y es que quien calla, otorga. Que das la mano y te cogen el brazo, que la confianza da asco. Y que quien no corre vuela, que ya se sabe que las apariencias engañan y que por supuesto que no es oro todo lo que reluce.
Y mira, ¿qué quieres que te diga? si quien avisa no es traidor, que si te he visto no me acuerdo, y que a rey muerto, rey puesto. Que más vale solo que mal acompañado.
jueves, 12 de abril de 2012
sábado, 7 de abril de 2012
No cambies de sonrisa, ni de rasgados ojos, ni de alargadas manos. No mudes el color de tu pelo, ni la forma de entrecerrar los ojos cuando se acerca el beso. Deja caer tu cuello sobre la almohada con el mismo desmayo de ayer. Deja tus brazos en torno de mi cuello igual que una bufanda para los días de frío venideros... Si no te fuiste, no te vayas más. No te disfraces; no finjas alejarte; no te hagas el dormido. Porque no hay demasiado tiempo, y habrá que darse prisa... Pondremos los recuerdos encima de la mesa: la noche aquella de agosto junto al mar, las músicas ardientes, la desolación de todos los principios, su júbilo infinito, la incertidumbre de los tactos, la torpeza, las amargas palabras, el inconsciente gozo que salta como un pájaro efímero de un hombro en otro, la torpeza recomendada cada día, el beso refugiado en la comisura de la boca entreabierta, la conversación muda de los ojos en las viejas tabernas, el atardecer que resbala sobre las aceras, y siempre la torpeza resistiéndose a reconocer que tú eres la única dádiva posible de la vida... Encima de la mesa los recuerdos comunes, como una manoseada baraja con que jugar por fin la última partida. Una partida en que nos asesoren todos los que hemos sido hasta ahora tú y yo.
Cuando llegues -si tienes que llegar- entra sin hacer ruido. Usa tu propia llave. Di buenas tardes, di buenas noches, y entra.
Pero escúchame bien, llega para quedarte cuando llegues.
Cuando llegues -si tienes que llegar- entra sin hacer ruido. Usa tu propia llave. Di buenas tardes, di buenas noches, y entra.
Pero escúchame bien, llega para quedarte cuando llegues.
miércoles, 4 de abril de 2012
"El deseo profundo, el deseo más real es aquel de acercarse a alguien. A partir de ahí, comienzan las reacciones, el hombre y la mujer entran en juego, pero lo que sucede antes, la atracción que los unió, es imposible de explicar. Es el deseo intacto, en estado puro.
Cuando el deseo todavía está en ese estado puro, hombre y mujer se apasionan por la vida, viven cada momento con veneración y, conscientemente, esperan siempre el momento adecuado para celebrar la siguiente bendición.
Así, las personas no tienen prisa, no precipitan los acontecimientos con acciones incosncientes. Saben que lo inevitable se manifestará, que lo verdadero siempre encuentra una manera de mostrarse. Cuando llega el momento, no dudan, no pierden una oportunidad, no dejan pasar ningún momento mágico porque respetan la importancia de cada segundo"
Cuando el deseo todavía está en ese estado puro, hombre y mujer se apasionan por la vida, viven cada momento con veneración y, conscientemente, esperan siempre el momento adecuado para celebrar la siguiente bendición.
Así, las personas no tienen prisa, no precipitan los acontecimientos con acciones incosncientes. Saben que lo inevitable se manifestará, que lo verdadero siempre encuentra una manera de mostrarse. Cuando llega el momento, no dudan, no pierden una oportunidad, no dejan pasar ningún momento mágico porque respetan la importancia de cada segundo"
Lágrimas que silencian lo que tus ojos quieren gritar.