Y en realidad es así como soy, demasiado
natural, sin nada que esconder, de mente en boca. Me encanta provocar, tengo
ese don de querer ser querida con solo una mirada. También sé escuchar y adoro
ser escuchada sinceramente. Podéis odiarme y amarme hasta el extremo, eso ya es
de elección propia. Puedo vivir de una alegría. No soy de compromisos, ni de
largos poetas que me bajen el cielo, prefiero que si bajan algo, que sea a mi
cintura. Regalo momentos a cambio de sonrisas que poder guardar en mi libreta.